Aunque fue una conejita de Playboy en 2008, la trayectoria de 14 años como modelo de la argentina Julia Orayen cobró notoriedad el domingo tras el debate de los candidatos presidenciales.

La llamada «Edecán del IFE» afirmó ayer en entrevista que todo el revuelo causado por su sensual vestimenta y escote, que fueron blanco de miradas del candidato Gabriel Quadri, no la tiene muy contenta.

«Me invadió mucho. Me siento un poco en el medio de un manoseo. Fuera de lo que ha pasado en los medios, se ha tocado mi vida personal y fotos que son de mi vida que no me gustaría compartir», comentó.

«Comentarios despectivos me han hecho mucho antes y no es algo que me quite el sueño, pero, cuando tú sabes que hiciste algo de lo que te esperas un escándalo o que la gente te hable, es muy diferente la sensación, y éste sólo era un trabajo».

Añadió que si el Instituto Federal Electoral (IFE) pidió disculpas a la ciudadanía por la vestimenta que Orayen usó en la transmisión televisiva, la tiene sin cuidado, pues nadie le hizo saber que su atuendo era inadecuado.

«Que ellos se disculpen no es algo que me tenga que preocupar a mí. El trabajo para el que fui contratada fue hecho. No entiendo la parte de que tengan que pedir disculpas y no es algo que me atañe a mí. Surgieron muchas cosas para las que no estaba preparada y me sentí muy incómoda».

«Desde el punto de vista profesional, si nos vamos a lo estricto, yo sólo transporté una urna en un debate presidencial. Había una propuesta de trabajar en el debate.

Acepté. No le vi mayores problemas, pero fueron transcurriendo las horas y jamás me imaginé todo lo que iba a suceder», dijo.

Y es que para Orayen, el trabajo que realizó como modelo en el debate fue como cualquier otro, el proceso para su inclusión había sido el normal, dijo, a través de casting por Internet (en el que su agencia de representación envía fotos de ella al cliente).

Lo único que sabía, afirmó, es que tenía que llevar un vestido blanco y llevó varias opciones, sólo una de vestido largo.

«Tenía vestidos blancos cortos, por lo cual, como me dijeron que era el único largo blanco, tenía que ser ése», precisó.

Tras la disculpa, cuenta, personal del IFE no se ha puesto en contacto con ella, y tampoco lo espera, ya que no se explica por qué el organismo electoral lo hizo.

Acotó que ella supo hasta el viernes por la noche que sería edecán del debate, y que previo y después del mismo no tuvo contacto ni habló con ningún candidato.

«La verdad es que esto es muy inesperado, sobre todo por algunos comentarios muy incómodos, pero, como todo, siempre va a haber gente que hable bien y que hable mal y que critique en vez de construir», agregó.

La joven, quien se negó a proporcionar información personal, como su edad y currículum profesional, destacó que es celosa de su privacidad, por lo que lamenta que tras su repentina fama, los medios investiguen su vida.

Sólo compartió que llegó hace 15 años al País.

«Vine sola por una decisión muy personal que no quisiera tocar. Mi padre es investigador en lógica y filosofía, maestro de la UNAM. Cuando llegué a México a vivir con él, surgió la oportunidad del modelaje medio en broma y después se fue volviendo más formal».

Pese a lo que se dice de su profesión, la joven encontró el apoyo de su familia y hoy, entre sus trabajos destaca también haber sido una de las concursantes de «En Busca de…», reality en el que Álex Ibarra elegiría, de entre varias candidatas, a una novia.

«Gracias a Dios mis papás tienen la seguridad de cómo me educaron, independientemente de que haya riesgos, como en cualquier medio, en el modelaje, como en cualquier otro lugar, tengo los pies bien plantados en la Tierra».

Sin abundar en detalles, Orayen contó que no tiene novio y que es felizmente soltera.

Si esta fama que ha conseguido es efímera o le ayudará más en su carrera, es algo que prefiere dejarle al tiempo.

«Lo voy a saber con el pasar de los días, con cómo se van dando las cosas».

Descartó tener, por el momento, algún proyecto en puerta.

CON INFORMACIÓN DE LA RAZÓN SAN LUIS POTOSÍ