En la Cumbre Extraordinaria de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac, presidida por la mandataria de Honduras, Xiomara Castro Sarmiento, se abordaron los graves acontecimientos ocurridos en Quito, Ecuador, donde fuerzas de seguridad irrumpieron violentamente en la Embajada de México y secuestraron al exvicepresidente Jorge Glas.

La reunión, convocada en respuesta a estos eventos, inició con la lectura de un comunicado especial que condena enérgicamente la acción ecuatoriana, calificándola como una violación del derecho internacional y una clara manifestación de barbarie que vulnera los derechos humanos fundamentales.

Los líderes de la Celac reafirmaron su respeto a la Convención sobre Asilo y otros instrumentos que protegen esta tradición latinoamericana, instando a Ecuador a respetar el derecho de asilo solicitado por el exvicepresidente Glas y a reconducir el procedimiento adecuado conforme a las normas internacionales.

Además, se expresó el compromiso de consolidar a América Latina y el Caribe como una zona de paz, donde las diferencias se resuelvan pacíficamente, y se hizo un llamado a que estos actos irracionales y salvajes no se repitan en la región.

La Celac expresó su preocupación por la salud de Jorge Glas y se propuso la conformación de una comisión especial de países miembros para verificar su estado y garantizar que reciba la atención médica adecuada.

En la sesión, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reiteró la postura de su país, solicitando la expulsión de Ecuador de las Naciones Unidas hasta que se ofrezca una disculpa pública y se garantice la no repetición de estos hechos. Asimismo, propuso definir un procedimiento para futuros casos similares, con la participación democrática de los Estados miembros.

En su intervención, el presidente colombiano, Gustavo Francisco Petro Urrego, destacó la importancia de preservar el sistema interamericano de derechos humanos y llamó a reflexionar sobre el respeto a la democracia y la convivencia pacífica en la región.

La cumbre concluyó con el respaldo unánime de los países miembros a las acciones emprendidas por México y con el compromiso de seguir defendiendo la independencia y la soberanía de la región latinoamericana y caribeña.