La “saprotrofia” y Morena

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Gabriela García

Hay un fenómeno biológico conocido como “saprotrofia”, que es la dependencia que muchos organismos tienen para su nutrición mediante los residuos procedentes de otros, tales como hojas muertas, cadáveres o excrementos, lo que usan para su sobrevivencia mediante la digestión extracelular y externa.

Entre los saprótrofos pueden distinguirse a los obligados, es decir, aquellos que no tienen otra manera de recabar nutrientes, por lo que dependen directamente de lo que puedan obtener a través de este tipo de relación;  y a los que durante la mayor parte de su vida emplean otro medio de nutrición, pero en tiempos críticos, o bien durante cierta fase de su desarrollo acuden a esta, a los cuales se les identifica como facultativos.

En política, también ocurre un fenómeno que se puede comparar con la saprotrofia, y es que desde la fundación del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), por parte del actual mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador,  este instituto político se nutrió de personajes que estaban considerados por el mismo presidente como lo peor de la clase gobernante, pero que una vez que pasaban a formar parte de la 4T inmediatamente eran purificados, por lo tanto debían ser bienvenidos por la militancia guinda.

¿Pero qué pasa con la militancia, que dicen las bases?

Vale la pena preguntar qué piensa la militancia morenista acerca de eso, pues la gente se apasiona con la política y han odiado a personajes que les señala López Obrador como corruptos, indeseables e innombrables; pero cuando menos lo esperan sucede que ya son de Morena y peor aún, ya son candidatos a presidentes municipales, diputados locales, federales o senadores de la república.

Es claro que con personajes así fue que Morena llevó al poder a AMLO, de tal manera que hay viejos políticos mañosos del PRI, del PT, Convergencia, PVEM, del PAN o del PRD, que “nutrieron” a Morena,  y aseguraron el gane Miguel Barbosa, Layda Sansores,  Miguel Ángel Navarro,  Alfonso Durazo, Lorena Cuéllar, Julio Menchaca, Américo Villareal Anaya, Ricardo Monreal, entre otros.

Y en el proceso electoral próximo, muchos de estos políticos quedarán de nuevo colgados del erario, pues eso del influyentismo, amiguismo y la anticorrupción, ha sido un engaño, con Morena todo ha empeorado. Lo peor es que su militancia está contenta y le aplaude el pragmatismo al presidente; la gente muy rápido se olvida que hasta hace poco eran despreciables personajes y acepta que al pasar a Morena ya cambiaron.

Esta semana, Mario Delgado, presidente nacional de Morena dio a conocer la lista de preseleccionados a candidatos para el Senado de la República y la Cámara de Diputados, entre los que destacaron Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal.

Pero hay más sorpresas, la Cuarta Transformación también puede llevar como senadores a los exgobernadores priistas del Estado de México y Oaxaca, Eruviel Ávila Villegas y Alejandro Murat Hinojosa.

¿Cuál es la justificación? Sencillo, Mario Delgado dijo que en la 4T siempre se ha buscado la apertura de ideas.

“No vamos a cambiar, cambian ellos y tendrán que hacer política en otros parámetros muy diferentes y tendrá que contribuir a nuestro movimiento”, así justificó las posibles candidaturas, aunque están por definirse en las listas.

No hay nada de qué sorprenderse, con la 4T hemos visto cómo han imperado las mentiras y cómo fracasó un proyecto que se ofreció a los mexicanos hartos del pasado y poco a poco se fue convirtiendo en lo que tanto criticó; y a casi siete meses del fin del sexenio de la transformación, ya no hay duda: Morena es más de lo mismo.

¿Y  qué hace la gente con todo el odio que le supo tener a ese puñado de corruptos, según el mismo AMLO? Nada, sólo calla. Y en su momento irá a aplaudirles a sus mítines, porque a cambio de las becas los mexicanos están dispuestos a soportar toda la burla a la inteligencia personal y colectiva.

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