Las fotos de Ricardo Sánchez Ortega. Una muestra no subterránea de Fresnillo

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Marco Antonio Flores Zavala

El jueves recibí un mensaje, vía WhAp, de la eficaz Rosy Robledo -comunicación del Instituto Zacatecano de Cultura-. El texto era breve:

Llega a Memórica México la exposición fotográfica “La sociedad de Fresnillo a través de la mirada de Ricardo Sánchez Ortega”, muestra que nos permite conocer a la población fresnillense entre 1946 y 1948.

Disfruta de la muestra aquí: https://goo.su/jtcoveS

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Pese a ser día laborar y con ingente carga, me puse a mirar lo remitido. Trascribo la introducción:

La sociedad zacatecana de inicios del siglo xx soportó los estragos de la Revolución, la Depresión de 1929 y la Segunda Guerra Mundial. En el municipio de Fresnillo, Zacatecas, los descendientes de quienes vivieron los periodos revolucionario y de reconstrucción nacional lograron reconfigurarse y alcanzar un auge económico, social y cultural que les posibilitó el acceso a educación, empleos y a una mejor calidad de vida.

Las imágenes que se muestran en esta exposición nos permiten conocer a la población fresnillense entre 1946 y 1948, y para fortuna de los zacatecanos, los historiadores y la sociedad en general, estas fotografías de Ricardo Sánchez Ortega actualmente son resguardadas por la Fototeca del Estado de Zacatecas “Pedro Valtierra”, institución que ha compartido gran parte de su acervo con Memórica. México, haz memoria.

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Exponen en red más de siete mil imágenes. Las he mirado casi todas. Unas con detenimiento, otras de corridito. Pese a que dice las datas de la exposición, la posguerra mundial –época de otro de los esplendores de los mineros sindicalizados, de ser a pasos bien hechos la separación de lo rural y lo urbano, como lo muestra el vestuario.

En la mirada busque a familiares -la búsqueda del ser y estar-. No los encontré, porque en el frenesí de la búsqueda ignoré que todavía residían en Ranchogrande -acá las fotografías las obtenían de fotógrafos ambulantes que hacían escenografías con muros de adobe -el mundo masculino- o con cobijas que cubrieran las paredes -familias, parejas, etc-.

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Voy a un punto, como fresnillense del común de clase media urbana, parte de las fotografías de mis certificados escolares -igual de mis hermanos- salieron del estudio de Sánchez Ortega.

No sobra contar que la empresa fotográfica estuvo por la calle Mina, frente a la actual oficina de Recaudación de Rentas -donde estuvo el estudio, ahora venden carnitas, los Pulido. El domicilio familiar es ahora una escuela superior particular-. La etapa que yo conocí, fue en la calle Morelos, junto a un hermoso templo protestante -Congregación Nacional Presbiterana Conservadora-.

En los 60, mi madre trabajó en la casa de la familia Sánchez. Por edad, fue amiga de las hijas-hermanas Sánchez -algunas de ellas reinas y princesas de la Feria Regional del Mineral-. La amistad implicó estar en el enlace matrimonial de Silvia Sánchez -la donadora de las imágenes a la Fototeca “Pedro Valtierra”- y Rafael Pinedo Robles -entonces trabajador en las oficinas de la empresa minera, luego locutor (buena y memorable su voz) y cronista del municipio-. También asistió al segundo matrimonio de don Ricardo, con doña Kika Borrego.

Mi hermana Clara, la mayor de todos los hijos de Martha, es ahijada de bautizo de don Ricardo y doña Irene -primer matrimonio-. Clara misma tiene fotografías del estudio, son parecidas a los de los niños de los 40, de niños sentados en la misma mesa que expone a los niños de los 40. Aunque la infanta es de los 60.

Sánchez Ortega, además del estudio fotográfico, incursionó en exploraciones y realizó baja explotación minera en la región Sombrerete. De allí también hay fotografías con escenas donde la familia está alrededor de ríos y jornadas de descanso en el campo.

Mi madre, Martha -la madre de mis hermanos-, también colaboró en el quehacer del estudio fotográfico Sánchez Ortega. De joven, antes de sus 18 años, aprehendió a retocar y fijar fotografías. En una protoselfie hizo una imagen donde castañó su cabellera china y a su piel la matizó.

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La exposición fotográfica “La sociedad de Fresnillo a través de la mirada de Ricardo Sánchez Ortega” me parece es una muestra, una representación, de Fresnillo de lo boyante de ciertas familias, personas y grupos sociales. Hay mineros, pero no son idealizados en su vestuario y en el trabajo subterráneo-. Hay campesinos, pero no se priorizan los de sombrero y la ropa para las labores en el campo.

Quienes están, portan sus mejores ropas, higienizados, son la indicación de qué es lo mejor de sí. Son imágenes para formar memoria y algunas, las más, para identificaciones -¿cuántas de ellas fueron para los braceros, cuantos para el pasaporte? ¿presentación para enlace matrimonial, para recodar que se es y está?

Miro personas, escenas y escenografías en los mágicos colores blanco y negro con un rostro y cuerpo que no enfrenta con enojo a la máquina y a la posteridad. El conjunto de las imágenes es un tanto de los habitantes o transeúntes por Fresnillo. Son las placas que se tomaron, ¡qué falta hace revisar los libros de registro de la empresa! y hasta los documentos que son custodiados en los archivos de la región -ya sé, es mucho pedir-.

Ahora sigue el reto de identificar a las personas de las fotografías. Daniel Miranda lo hace desde sus portales en Facebook e Instagram (@Zacatecas_histórico).

Imagen:

Niña Clara María de los Ángeles Alcantar Zavala. Estudio Sánchez Ortega, ca. 1961-1966.

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